Himalayo

Su nombre proviene de la gran semejanza que presenta su patrón de color con el encontrado en el conejo Himalayo.
Podríamos confundirlo fácilmente con el Siamés de pelo largo, ya que posee la misma coloración en su manto,
pero en realidad es una subraza del Persa, heredando de éste todas sus características,
como su musculoso cuerpo y su atractivo pelaje.

A diferencia de muchas otras razas que han evolucionado sin más ayuda que la que otorga la propia naturaleza,
el Himalayo es el resultado de un cruce ideado por el hombre para crear un gato
que hoy en día cuenta con una particular combinación de atributos físicos y de personalidad.

La existencia de este asombroso felino es fruto de muchos años de estudios y grandes esfuerzos
realizados por dos investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard,
los doctores Clyde Keeler y Virginia Cobb. Ambos intervinieron en el cruce de un Persa y un Siamés,
aunque algunas hipótesis incluyen también al Birmano.

Es así como en 1935 nace su primera descendencia.
Sin embargo, otras fuentes hablan de un cruce realizado por un especialista genético sueco en 1924.
De esta hipótesis sobre la aparición del Himalayo se cuenta con poca documentación como para ser reafirmada.

La perfecta combinación de los aspectos heredados de aquellas razas que le dieron su origen,
dotan a este felino doméstico de una fina elegancia. Del Persa ha adquirido la gran mayoría de ellos:

su cabeza redonda y ancha con mejillas prominentes, la nariz chata y corta, sus orejas pequeñas -redondeadas
en las puntas y con pequeños mechones-, sus patas cortas y gruesas, y una cola espesa y de poca longitud.

Por su parte, el Siamés dota a esta singular raza del azul intenso de sus ojos, grandes, redondos y brillantes, y,
en conjunto, de un cuerpo, de talla media, musculoso y macizo. Otra herencia del Persa es su pelo, denso,
brillante y largo, que abunda en el cuello formando un collar; pero el color de su manto se lo debe al Siamés,
ya que presenta sus manchas de tonalidades más oscuras en la cara, cola, orejas y patas.

Las variedades de sus puntos de color, es decir, las tonalidades que presenta en su cara, cola, orejas y patas,
pueden ser marrón foca, azul (gris azulado), rojo, lila (gris rojizo), chocolate y escama de tortuga.
El color de su cuerpo va del blanco al crema pálido, pasando por un azul muy tenue.
Los colores sólidos como el chocolate o lila son llamados ‘kashmir’ o ‘cachemir’.

Dotado de una particular inteligencia y con mucha facilidad para aprender,
el Himalayo posee además una vibrante curiosidad por todo lo que encuentra a su alrededor.
Cariñoso, simpático y obediente, disfruta de la vida casera pero también de las salidas ocasionales al exterior,
que aprovecha para demostrar su actividad. Al mismo tiempo, está considerado un buen cazador.

Para que la belleza de tu gato Himalayo permanezca, tendrás que prestar atención a su magnífico pelaje.
Además de un baño quincenal o mensual, cepillarás su manto diariamente con un peine de metal;
así eliminarás enredos y su pelo se mantendrá fuerte y brillante.
Una de las dolencias más frecuentes en gatos de pelo largo,
es la formación de fitobezoares, más conocidos como bolas de pelo,
que pueden desencadenar problemas de atragantamiento y obstrucción intestinal.
Le administraremos aceite de parafina, jarabe de malta o incluso mantequilla.

Quien tiene a este felino como mascota tiene un amigo muy leal,
al que le gusta disfrutar de sus mimos panza arriba ronroneando para despertar su interés.
En ocasiones las hembras demuestran su lealtad y confianza permitiendo que disfrutemos y participemos de sus partos.
No está considerado como un 'charlatán' pues no suele maullar.
Su temperamento activo se adapta a lugares reducidos, permitiéndole vivir en sitios pequeños.
Su comportamiento amigable y afectuoso le convierte en una de las raza aptas para la convivencia con niños.