Terrier Tibetano

El terrier tibetano, o Dhokhi apso, es un perro que tiene cerca de 2000 años de antigüedad y
era considerado un animal sagrado por los monjes budistas del Tíbet.
Parecido al shih tzu, pero de mayor tamaño, este perro no es un verdadero terrier.

Apariencia del terrier tibetano

De talla media y perfil cuadrado (largo igual a la altura a la cruz), el cuerpo de este terrier es musculoso, compacto y fuerte.
Su estructura y el largo pelaje que tiene, le dan una apariencia de firmeza que concuerda con su carácter.
La cabeza es de longitud mediana y está cubierta de abundante pelo largo que cae hacia adelante, sobre los ojos.
El maxilar inferior tiene una barba pequeña.
La nariz es negra. Los ojos grandes y redondos son de color pardo oscuro.
Las orejas en forma de "V" cuelgan a los lados, pero no están muy pegadas a la cabeza.

La cola del terrier tibetano es de inserción alta y longitud media, y está cubierta por abundante pelo largo.
El perro la lleva alegremente enroscada sobre la espalda.
El pelaje de este perro es de doble capa.
La capa externa es abundante, fina y larga. Puede ser lisa o ligeramente ondulada, pero nunca rizada.
La capa interna es fina y lanosa. Se aceptan todos los colores excepto chocolate e hígado.

Temperamento y carácter del terrier tibetano

Este perro no tiene el carácter atrevido y a veces agresivo típico de un terrier, porque no está relacionado con ese grupo.
Al contrario, tiene el carácter típico de un perro de compañía.
Fiel, inteligente y amigable, el terrier tibetano es un buen perro mascota.

Este perro tiende a ser muy amigable con los suyos, pero puede ser reservado con los extraños.
Demanda mucha compañía de su familia, y no es un perro adecuado para quien no tiene mucho tiempo para sus mascotas.
No suele ser agresivo con otros perros, pero tampoco es tan juguetón como el golden o el labrador retriever.

El terrier tibetano es un perro fácil de entrenar cuando el adiestramiento se hace en positivo.
Cuando se usan técnicas tradicionales de adiestramiento canino,
es muy difícil conseguir buenos resultados, porque este perro es muy sensible a los castigos.
De todos modos, es importante tomar en cuenta que éste es un perro muy inteligente, pero que tarda en madurar.
Este perro puede ser una excelente mascota para familias que le pueden brindar la compañía que tanto necesita.
Sin embargo, puede llegar a ser problemático si tiene que quedarse solo por períodos prolongados o si no se le brinda el ejercicio suficiente.

Peso y altura

El rango de altura a la cruz para los machos va de 35,6 a 40,6 centímetros. Las hembras son un poco más pequeñas.
El peso ideal no está indicado en el estándar FCI de la raza, pero suele estar alrededor de los 10 kilogramos.

Salud y cuidados

Entre las enfermedades a las que es susceptible esta raza, se encuentran la atrofia progresiva de retina,
la luxación de lentes intraoculares, las cataratas, la displasia de cadera y la luxación patelar.
El hermoso manto de estos perros tiene que ser peinado día por medio para mantenerse bello y saludable.
Además, hay que darle un cuidado especial alrededor del año y medio, cuando se desarrolla el pelo adulto, porque crece con mucha rapidez.
Sin embargo, la gran ventaja es que el terrier del Tíbet prácticamente no pierde pelo.

En cuanto al requerimiento de ejercicio físico y compañía, este perro es muy exigente.
No basta con un simple paseo para mantenerlo en forma ni con brindarle un poco de tiempo durante el día.
Para tener un terrier tibetano en buenas condiciones físicas y mentales,
hay que permitirle al menos un par de paseos activos durante el día y algunos minutos de juegos que le ayuden a quemar energías.
Además, hay que brindarle compañía durante la mayor parte del día.
Si bien necesitan mucho ejercicio, estos perros pueden adaptarse bien a la vida en departamento,
siempre y cuando los propietarios cuenten con el tiempo y la energía suficientes para cubrir las necesidades de sus mascotas.

Historia del terrier tibetano

Ésta es una de las razas de perros más antiguas y, al parecer, su historia se remonta 2000 años atrás.
Fue criado en los monasterios budistas del Tíbet, donde era considerado un compañero más que un perro de trabajo,
y un animal sagrado que traía suerte.

Estos perros no eran comprados ni vendidos, y sólo se podía obtener uno como un regalo de agradecimiento.
Así fue que en 1920 la doctora británica Agnes Greig obtuvo su primer terrier tibetano.
Greig trabajaba como cirujana en India y había operado exitosamente a una mujer del Tíbet que tenía estos perros.
Como símbolo de gratitud, esa paciente le regaló a la doctora Greig uno de sus perros sagrados.

Greig, fascinada con la raza, consiguió más ejemplares y se dedicó a criar y difundir al terrier tibetano.
En 1930 esta raza ya había sido reconocida por el Kennel Club indio y, para 1937, por el Kennel Club inglés.
Hoy en día la raza es poco conocida, pero muy apreciada por quienes la conocen y disfrutan de la compañía de un terrier tibetano.
No es bien conocida la razón del nombre que se le dio a la raza, pero estos perros de terrier sólo tienen el nombre.
No son verdaderos terrier porque no comparten una historia común con ese grupo, sino que son excelentes perros de compañía.