Perro Lobo Checoslovaco
El perro lobo checoslovaco es un verdadero ejemplo del parentesco cercano entre perros y lobos.
Criado a partir del pastor alemán y el lobo de los Cárpatos,
tiene las cualidades del perro pastor y del lobo salvaje.
Apariencia del perro lobo checoslovaco
El cuerpo fuerte y alto de estos perros, es notoriamente parecido al del lobo.
Apenas más largo que alto, la relación entre longitud del cuerpo y altura a la cruz es de 10:9.
Esto hace que estos perros tengan estructura casi cuadrada.
Las patas son largas, siendo delgadas las delanteras y robustas las traseras.
La cabeza tiene forma de cuña truncada, típica de los perros lupoides.
Esta parte de la anatomía del perro lobo checoslovaco es la que le da mayor similitud con el lobo.
La nariz es pequeña y ovalada, mientras los ojos son pequeños, inclinados y de color ámbar.
Las orejas, típicas del lobo, son erectas, delgadas, triangulares y cortas.
La cola de este perro también recuerda a los lobos, y es de inserción alta. Durante la acción,
el perro la lleva levantada y ligeramente curvada en forma de hoz.
Finalmente, el pelaje es otro recordatorio del linaje salvaje de este perro moderno.
El pelo es recto y adherente, pero el pelaje de invierno es muy diferente al de verano.
El pelo de invierno presenta una lanilla interna muy densa y, junto con la capa externa,
cubre absolutamente todo el cuerpo del perro, incluyendo el abdomen, la parte interna de los muslos, el escroto,
el interior del pabellón auditivo y el área interdigital.
El lobo checoslovaco es de color gris, pudiendo ir desde el gris amarillento hasta el gris plateado,
con una característica máscara clara.
Temperamento y carácter del perro lobo checoslovaco
Las características primitivas (evolutivamente hablando) del lobo no sólo se ven reflejadas en la apariencia de los perros lobos checoslovacos,
sino también en su temperamento. Estos perros son muy activos, curiosos y valientes,
pero también desconfiados y con reacciones rápidas y enérgicas.
Suelen ser muy leales para con los suyos.
Dado que son descendientes directos de lobos, estos perros pueden tener una ventana más reducida de socialización.
Y al tener impulsos cazadores muy intensos, es importante socializarlos con la gente, con perros y con otros animales lo antes posible.
Con una buena socialización no debiera haber problemas, pero nunca hay que pasar por alto que estos perros también llevan sangre de lobo.
Por otra parte, los lobos checoslovacos pueden responder muy bien al adiestramiento canino cuando éste se realiza apropiadamente.
Por ser descendientes de lobos, muchos piensan que lo correcto es emplear métodos tradicionales de adiestramiento,
basados en la idea popular de la dominancia.
Sin embargo, esa forma de entrenar no es la más recomendable, ya que fuerza una lucha de poder innecesaria entre humano y perro.
Tanto los lobos como los perros responden mejor a estilos de adiestramiento en positivo, como el adiestramiento con clicker,
con los que se pueden conseguir excelentes resultados sin crear conflictos ni caer en modelos equivocados de comportamiento animal.
Si estos perros están bien socializados y viven en el ambiente adecuado, no suelen presentar problemas de comportamiento.
Sin embargo, con una socialización pobre o un ambiente muy estresante, pueden ser agresivos hacia personas, perros y otros animales.
Los perros lobos checoslovacos pueden ser excelentes mascotas para quienes tienen experiencia previa con perros.
Lo ideal es que quien quiera un perro lobo checoslovaco tenga experiencia con otras razas caninas, especialmente del grupo de perros pastores.
Peso y altura
Estos perros son más grandes que el perro promedio,
siendo la altura mínima a la cruz de 65 centímetros para los machos y de 60 centímetros para las hembras.
No existe un límite superior de altura.
El peso mínimo de los machos adultos es de 26 kilogramos.
El peso mínimo de las hembras adultas es de 20 kilogramos.
Salud y cuidados
Quizás por la cruza entre las dos subespecies, el perro lobo checoslovaco tenga mayor diversidad genética que otras razas de perros.
O quizás simplemente sea por una buena selección o por pura suerte, pero lo cierto es que esta raza es más saludable que el perro promedio.
Sin embargo, tiene cierta predisposición a la displasia de cadera, lo que no es de sorprender,
ya que entre sus ancestros se encuentra también el perro pastor alemán.
El cuidado del pelo de estos perros puede representar un verdadero problema para quien desea muebles impecables
o para quien tiene alergia a los perros.
El pelaje de verano es relativamente sencillo de cuidar,
ya que basta con el cepillado dos veces por semana, pero el pelo de invierno necesita cepillarse con más frecuencia.
Estos perros pierden pelo regularmente, pero especialmente durante las épocas de muda.
El baño sólo es necesario ocasionalmente, cuando el perro se ensucia.
Los lobos checoslovacos necesitan mucho ejercicio y mucha compañía.
Son perros muy activos que tienen una fuerte inclinación a vivir en sociedad, así que no son perros para dejar solos en el jardín.
Es necesario contar con el tiempo suficiente para brindarles el ejercicio y la compañía que merecen.
A pesar de eso, pueden adaptarse bien a la vida en departamento si se les brinda suficiente ejercicio al aire libre,
ya que son moderadamente activos en interiores y suelen ser muy silenciosos.
De cualquier manera, es mejor contar con un jardín grande o, mejor aún, una propiedad rural para tener estos perros.
Historia del perro lobo checoslovaco
Esta raza es muy nueva y se originó a partir de un experimento realizado en 1955 en la desaparecida Checoslovaquia.
Ese experimento pretendía verificar si era posible conseguir descendencia viable a partir de cruces entre perros y lobos,
para lo que se iban a cruzar lobos de los Cárpatos con perros pastores alemanes.
Dado que el perro es en realidad una subespecie del lobo (aunque con características ecológicas y etológicas muy diferentes),
de ese experimento se obtuvieron cachorros que podían reproducirse entre sí, dando origen a la raza que hoy en día conocemos como perro lobo checoslovaco.
Al finalizar dicho experimento, se empezó la crianza de esta raza, con la intención de conseguir en un solo animal las mejores cualidades del pastor alemán y del lobo,
con lo que la raza se fue consolidando.
Para 1982 se reconoció al perro lobo checoslovaco como raza nacional de la, hoy extinta, República de Checoslovaquia.