Irish Wolfhound

El galgo irlandés, también conocido como Irish wolfhound y "lobero",
es uno de los perros más grandes que existen.
De hecho, disputa con el dogo alemán el título de ser el perro más grande de todos.

Este perro gigante de pelo duro, fue empleado en la edad media para cazar lobos.
De ahí viene su nombre en inglés, Irish wolfhound, que significa perro de lobos (o lobero) irlandés.

Actualmente está clasificado por la FCI entre los galgos de pelo duro,
pero su utilidad como perro de caza ha disminuido en comparación con su uso como perro de exposición y mascota.

Apariencia del galgo irlandés

El galgo irlandés es un perro enorme, imponente y musculoso,
a la vez que esbelto y elegante. Aunque alcanza una talla similar a la del dogo alemán,
no es tan robusto ni pesado como este último. Sí es más robusto que otros galgos.

La cabeza de este perro es larga y aunque no es estrecha, tampoco es demasiado ancha.
Los huesos frontales son ligeramente elevados, causando una pequeña depresión entre los ojos.
El conjunto general de la cabeza y el cuerpo muestran un porte digno y altivo que inspira respeto.

El hocico largo y moderadamente puntiagudo contiene fuertes mandíbulas que, a su vez,
llevan dientes poderosos que idealmente deben cerrar en tijera
(la cara interna de los incisivos superiores en contacto con la cara externa de los inferiores),
pero también se acepta la mordida en pinza (incisivos superiores chocan con los inferiores).

Los ojos del galgo irlandés son oscuros y sus orejas son pequeñas y en forma de rosa (como las orejas de los greyhound).
El cuello de este perro es muy largo y musculoso. Debe ser bien arqueado y no presentar papada.
El cuerpo del galgo irlandés, por su parte, es largo y de tórax amplio.
La espalda, más bien larga, se continúa con un lomo levemente curvado.
La grupa es amplia entre las crestas ilíacas.
El pecho es muy profundo para albergar un corazón grande que permita oxigenar la sangre durante la carrera intensa,
y el antepecho es ancho. Las costillas del galgo irlandés son bien arqueadas y el vientre bien recogido.

La cola del Irish wolfhound es larga y ligeramente curvada, de grosor moderado y cubierta de pelo.
Las extremidades anteriores son rectas y de osamenta fuerte,
con hombros musculosos y oblicuos que dan amplitud al pecho, codos bien pegados al cuerpo y antebrazos musculosos.
Las extremidades posteriores de este perro tienen muslos largos y musculosos,
rodillas bien anguladas y piernas musculosas, largas y fuertes.
Por su parte, los pies son grandes y redondos, con dedos bien arqueados y uñas fuertes y curvadas.

El galgo irlandés tiene pelaje fuerte y duro en todo el cuerpo, pero especialmente sobre los ojos y debajo de la mandíbula,
donde el pelo es más largo y duro. Se aceptan diferentes colores entre los que se encuentran: gris, atigrado, rojo, negro, blanco y leonado.
También se acepta cualquier otro color que aparece en el lebrel escocés.
El movimiento del galgo irlandés es libre y activo.

Temperamento y carácter del galgo irlandés

El Irish wolfhound es un perro de carácter tranquilo y amigable.
Dulce, paciente y muy inteligente, es un perro mascota ideal si se cuenta con el espacio suficiente para tener uno de estos gigantes.
Tienden a ser buenos con los niños, a los que suelen brindarles una paciencia casi inimaginable.
También son excelentes con los adultos, a quienes les entregan una lealtad a toda prueba.

Estos perros sociabilizan muy bien con perros y otros animales si se los educa desde cachorros.
Sin embargo, sus instintos cazadores pueden aflorar con animales pequeños, e incluso con perros de razas pequeñas.
Por tanto, hay que dedicarle suficiente tiempo y esfuerzo a la socialización del cachorro.

Son perros fáciles de entrenar y se adaptan bien a diferentes técnicas de adiestramiento.
Sin embargo, es recomendable utilizar métodos positivos como el adiestramiento con clicker.
De esta manera, el adiestramiento canino es más amigable tanto para el perro como para el entrenador.

El galgo irlandés puede ser un animal muy peligroso cuando ataca, pero no es un perro con fuerte instinto territorial.
Por tanto, es muy difícil entrenarlo para guarda o defensa. Sencillamente no es un perro para cuidar la casa o proteger a las personas,
y es más probable que se haga amigo de los ladrones.
Eso sí, su imponente presencia puede ser suficiente para desanimar a cualquier maleante.

Aunque de adulto necesita mucho ejercicio, no es bueno forzarlo a ejercitarse
(especialmente cuando es cachorro) para no causarle daños.
Es mejor dejar que sea el mismo perro quien decida cuánto ejercicio necesita.

Peso y altura

La altura mínima a la cruz, para los machos, es de 79 centímetros.
Sin embargo, la altura ideal a la cruz para los machos está entre 81 y 86 centímetros.
Por su parte, el peso de los machos debe ser como mínimo de 54,5 kilogramos.
Las hembras deben tener una altura a la cruz de al menos 71 centímetros y un peso mínimo de 40,5 kilogramos.

Salud y cuidados

La esperanza de vida de estos perros es baja comparada con otras razas de menor talla,
rondando entre los seis y ocho años. Además, la raza es proclive a ciertas enfermedades hereditarias,
como la displasia de cadera (común en razas gigantes), cardiomiopatías, cáncer de huesos, torsión gástrica y atrofia progresiva de la retina.
Es bueno hacer los chequeos que sugiera el veterinario para descartar estas enfermedades o, de ser necesario, darles tratamiento temprano.

El galgo irlandés no es un perro para la vida en departamento porque es muy grande y necesita mucho ejercicio cuando es adulto.
Es necesario tener un jardín grande para brindarle un lugar seguro donde correr y jugar.
Además, la casa también debe ser grande para permitirle estar adentro cómodamente, sin destrozar adornos a su paso.

Aunque necesita mucho espacio, no es un perro para vivir afuera o en un canil.
El galgo irlandés necesita compartir sus días con su familia.

Si bien necesitan mucho ejercicio, a los cachorros no se los debe forzar a hacer ejercicios, y menos ejercicios violentos,
ya que podrían lastimarse. Al ser perros tan grandes, sus huesos y tendones son relativamente frágiles durante su etapa de crecimiento.
Los galgos irlandeses botan pelo con regularidad por lo que es necesario cepillarlos periódicamente.

Historia del galgo irlandés

Probablemente descendientes de lebreles egipcios,
los ancestros del galgo irlandés fueron criados por tribus celtas que gustaban de perros de caza grandes.

Desde la Edad Media hasta el siglo XVII, los galgos irlandeses eran regalos muy apreciados entre los nobles europeos.
Así, se difundió la raza por varios países de Europa, quedando cada vez menos en Irlanda.
Ya en el siglo XV, se solicitó a cada condado de Irlanda que mantuviera un número mínimo de galgos irlandeses para proteger a los rebaños de los lobos.

Sin embargo, en 1625 estos perros eran regalos tan frecuentes que Oliver Cromwell tuvo
que emitir una normativa prohibiendo su exportación, con la finalidad de evitar su desaparición local.
Esa prohibición tuvo éxito por un tiempo, pero la extinción de poblaciones locales de lobos a fines
del siglo XVII impactó negativamente a las poblaciones de galgos irlandeses, que casi se extinguen junto con sus primos salvajes.

A fines del siglo XIX revive el nacionalismo irlandés y el galgo irlandés se convierte en uno de los símbolos
de la cultura irlandesa y de su pasado celta. Entonces, el capitán George Graham, oficial del ejército británico,
decide recuperar la raza con unos pocos lebreles que había conseguido, e introduciendo sangre de lebreles escoceses y,
ocasionalmente, de dogo alemán y borzoi.

Un tiempo después, el kennel club de Irlanda reconoce el resultado de esos cruces y
habilita una categoría para la raza en una exposición realizada el año 1879. El año 1885 se forma el primer club de la raza.

Hoy en día el galgo irlandés está difundido en varios países, pero no goza de la popularidad de otras razas de perros.
Ya casi no se usa para la caza, y prácticamente se ha convertido en un hermoso perro de exposición y un maravilloso perro mascota.
Eso sí, sus cualidades de cazador no se han perdido y todavía hay algunos cazadores que utilizan a estos perros para perseguir y capturar la presa.